Swami Brahmachari Ajay Yoghi
A la falda del Nanda Devi, en el Himalaya indio, junto a la lumbre de una antigua casa de piedra, observo cómo Brahmachari Ajay Yogi calienta la tetera sobre unas brasas. Espero, pacientemente, a que sirva el té y se En la falda del Nanda Devi, en el Himalaya indio, junto a la lumbre de una antigua casa de piedra, observo cómo Brahmachari Ajay Yogi calienta la tetera sobre unas brasas. Espero, pacientemente, a que sirva el té y se acomode sobre un cojín para lanzarle la primera pregunta...
Pistolo: Te formaste en el mundo universitario europeo. Estudiaste filosofía en Holanda, donde impartiste clases de meditación trascendental. Después regresaste a la India. Actualmente eres profesor de sánscrito y yoga en Rishikesh. El hecho de haber profundizado en dos tradiciones de pensamiento tan distintas como la oriental y la occidental te debe haber dado una cierta perspectiva con respecto a cada una de ellas. Empecemos por el arte, ¿cuál crees que es la diferencia básica entre ambas culturas a la hora de entender el arte?
Brahmachari: En nuestra cultura el concepto de arte todavía está vinculado a la naturaleza y a la divinidad. Tomemos como ejemplo la música. En oriente tenemos unas piezas musicales que se llaman ragas. Algunas ragas se asocian con un momento determinado del día. De este modo, un músico, cuando interpreta la raga de la mañana, debe tener en cuenta que el acto de tocar no comporta una actividad estrictamente musical; sino que, además, está realizando una plegaria al sol y a la mañana. Por otro lado, las ragas contienen una estructura básica en lo que se refiere a ritmo y melodía; pero su desarrollo siempre es libre y abierto a la creatividad. Otra de las características que define nuestramúsica es que no tenemos partituras, por lo que transmitimos el conocimiento musical de forma personal: de maestro a discípulo. En cambio, en occidente nos encontramos con la situación inversa: los músicos deben interpretar partituras ya escritas, ciñéndose al máximo a la trascripción musical. En vuestra música clásica no hay lugar para la improvisación. Cada pieza es una obra cerrada. Sus interpretaciones varían muy poco. En este sentido, la aportación creativa que se le permite al músico es menor.
¿Qué vinculación existe desde tu punto de vista entre el mundo del arte y las disciplinas orientales de introspección como el yoga?
En mi trabajo mucho. Yo me dedico a investigar sobre la existencia. Es-tudio las formaciones de esas estructuras a las que llamamos realidad.
Pero abordar el misterio de la vida es una labor muy difícil, porque al hacerlo, estamos intentando aproximarnos a una esencia absoluta, que se muestra a nuestros ojos como un fenómeno que tiene infinidad de manifestaciones. Es justamente este naturaleza múltiple de la realidad la que me obliga a valerme de distintas disciplinas en mi estudio. A la hora de investigar me valgo tanto de las ciencias occidentales como de las técnicas de introspección orientales, ya que cada disciplina cog-noscitiva aporta un nuevo punto de vista. Para explicarlo en forma de metáfora, te diría que lo real irradia una luz cegadora. Nosotros, para poder verla, la filtramos con prismas. Los colores resultantes se proyectan sobre las múltiples manifestaciones de la vida. Cada color tiñe una rama distinta del conocimiento. Por tanto, aunque cada ciencia nos parezca distinta, no por ello debemos de olvidar que todas están coloreadas por la misma luz.
Mucha gente cree que el esquema de pensamiento que generó la última revolución científica del XIX -que especializó las disciplinas hasta casi eliminar el diálogo entre las ciencias- ha entrado en crisis. El final de la Posmodernidad, pues, significará una vuelta a un ideal más humanista. De alguna forma, se difuminarán las barreras que separaban a científicos y creadores...
Estoy completamente de acuerdo. Los físicos cuánticos trabajan con partículas tan pequeñas que no podemos observar ni con microscopio pero que verifican experimentalmente. Son verdaderos filósofos que nos explican que en su mundo la objetividad no existe. Los objetos no están aquí ni allí, sino en los dos sitios a la vez. Los matemáticos, por su parte, buscan la comprensión de la forma que puede tener el universo a través del estudio de la geometría de los espacios multidimensionales.
Tanto unos como otros funcionan con principios abstractos propios de la metafísica, lo que nos demuestra que cuando una disciplina cognoscitiva profundiza al máximo acaba traspasando sus propios límites e invadiendo el terreno que en un principio parecía que pertenecía a otrarama del conocimiento... Da la sensación de que de alguna forma estamos volviendo a los albores de la ciencia, a la Grecia Antigua, cuando los mejores matemáticos, astrónomos y biólogos eran filósofos...
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